Espinas tienen las
rosas
como la nostalgia que
hoy,
atraviesa mi cuerpo.
Miro a los cristales,
empañados de lluvia
y gotas de recuerdos,
que se envuelven de
rocío
y palabras de hielo.
Porque el pasado
existe,
porque al presente…
Me revelo.
Y el futuro, es un
deseo.
Me hago preguntas,
me miro en el espejo
donde escribo con
carmín,
la soledad de un
beso.
Sentada en el diván,
escucho el respirar
del silencio;
de puntillas la
inspiración
quiere entrar
en mi pensamiento,
para plasmar sin
palabras
un poema…
Con rimas de viento.
Melancolía
en los ojos del alba,
peregrinar del sueño
que yace en el alma.
Oscurece,
y sigo inmóvil,
solo con el parpadeo
de una lágrima
que me hace pensar en
ti,
aunque quizá, no debo,
y me siento marioneta
que prende de los
hilos
invisibles del
tiempo,
y quema la añoranza
con susurros de
fuego.
Amanece,
y es un sorbo de sol
el consuelo para mis
labios
inquietos;
que sollozan conmigo
junto a…
¡La soledad de un
beso!
ROSER
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