Vuelvo a escribirle
a ése sueño
que inventé
bajo mis pasos
solitarios.
Dónde un frío estremece
a la piel
por dentro.
Agacha sus rayos
el sol
como avergonzado
del calor que desprende
entre la mirada
enmascarada
del ocaso.
Sueño que persistes
en mi mente
haciéndole preguntas
a mis labios
con voz varonil
y silencios
en las manos.
Palabras que intuyo
cuando la sonrisa
cubre a las lágrimas
que ahogan mi espacio.
Y me pregunto
¿por qué te inventé?
ya que ahora
soy esclava de un sueño
un sueño que a veces
está pintado
de blanco.
Por eso, noche
dame un trocito
de la oscuridad
que te envuelve
y de la luna que te alumbra
regálame un retazo
para que no se escape
éste sueño
que duerme
entre los hilos
de mis sábanas
y el carmín
de los años.
Y así bajo los pliegues
de un poema
con el temblor del tiempo
le hago cosquillas
para que despierte
de cuando en cuando.
Y las huellas
que diviso a lo lejos
se van acercando.
Sueño que me desvelas
dime…
¿Cuándo no serás inventado?
ROSER
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