EL SILENCIO PARA MI TAMBIEN FORMA PARTE DE LAS PALABRAS, CREO QUE SIN ÉL NO PODRÍA ESCRIBIR, PUES LO ESCUCHO CUANDO ME HABLA.

jueves, 24 de noviembre de 2011

EL VIEJO DESVÁN



Se abre la puerta del viejo desván

y allá en el rincón no llega la luz.

Oscuridad y silencio en las páginas heridas

quizá por algún amor;

tras la ventana, me espera la luna

como entonces, como sino hubiera

pasado el tiempo,

Y en el suelo un pequeño cristal

del dorado espejo,

en el que desde niña, fui dibujando sueños.

Una roja nariz de payaso,

unos zapatos de tacón,

o un lazo de colores prendido en el pelo,

carmín en los labios,

y un vestido ceñido al cuerpo.

Reflejos que en mis ojos se revelan

y bailo a solas con los recuerdos,

cuando la música en mi mente suena

entre notas y poemas.

Fantasía que revive el mismo espejo dorado

de antaño.

Y mi piel se estremece,

al sentir el roce de unas manos;

que son el susurro del paso de los años.

ROSER


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