Llega el otoño
y con él, las primeras gotas de lluvia
que mojan los cristales de la melancolía.
Y subo a la pequeña buhardilla
donde se encuentra aquella maleta
Vacía de promesas, pero repleta de sueños;
con emociones que embargan a los sentidos.
Entonces la mirada se pierde en el infinito…
No sé por donde empezar,
pues mis manos temblorosas acarician
lo escrito.
Porque allí estás tú, en casi todos mis pensamientos,
en el ayer que un día se desvaneció,
y hoy, en el pergamino de la memoria
el corazón se ha rendido.
Y se detiene el tiempo,
bajo la arena dorada de un reloj
que el silencio dibujó, cuando tú, estabas dormido.
Son pétalos otoñales los recuerdos,
y ramas encendidas son mis labios,
donde yacen las cenizas de tu amor…
Sin olvido.
ROSER
aunque esté dedicada al otoño, el tiempo acompaña para leer este poema.
ResponderEliminarBello poema dedicado de un modo melancólico a un recuerdo.
ResponderEliminarBesitos desde el alma